Las medidas anunciadas durante los últimos días en cuestiones urbanas y de vivienda por parte del gobernador José Alperovich y del intendente Domingo Amaya denotan una política deliberada para beneficiar la especulación inmobiliaria.
El intendente actúa como empleado del grupo Hilton: después de haber realizado una “razzia” en la zona del ex mercado de Abasto, con clausura de locales y puestos de venta, ahora mutila el Parque Avellaneda, en una decisión criticada por todos los expertos en tránsito y urbanismo. El único fin que persigue este desatino es “valorizar” al nuevo hotel.
El gobernador, por su parte, ya en plena campaña electoral, anunció 3.000 viviendas para “relocalización” de villas y asentamientos con fondos nacionales. La medida apunta simplemente a “limpiar” el centro de la ciudad y dejar esos terrenos libres para la especulación inmobiliaria. Esto va a aumentar aún más el precio de la vivienda y los alquileres, pero no va a resolver la situación de marginalidad de los actuales asentamientos. Además, la ejecución de la obra de las 3.000 viviendas no irá a licitación, sino que se realizará mediante un simple cotejo de precios, lo que se presta para todo tipo de negociados.
Contra esta política de negociados privados con fondos públicos, planteamos la necesidad de un plan integral de viviendas y de urbanización con ejecución a cargo del Estado, garantizando normas de calidad, así como salarios y condiciones de seguridad para los trabajadores de la construcción. Esto permitiría resolver la crisis habitacional y urbana, y a la vez que activaría la economía local, severamente afectada por la crisis, particularmente en la construcción.
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