Los anuncios nacionales para contrarrestar la pandemia han llegado tarde y muy parcialmente. El gobierno nacional no tomó prácticamente ninguna medida para prevenir el aumento de casos y ahora actúa en forma desesperada. La suspensión de actividades no viene acoplada a un nuevo IFE o algún otro tipo de ayuda para los sectores más vulnerables. Es un "sálvese quien pueda” para miles de desocupados, changarines y trabajadores por cuenta propia.
En nuestra provincia Juan Manzur ya avisó que no pretende suspender la zafra de la caña de azúcar ni la del limón, las dos actividades económicas más importantes. Entre las dos industrias suman más de 200.000 empleos directos e indirectos. Es claro que la provincia no para; a las patronales y a Manzur solo les importan los negocios. El año pasado, ingenios, empaques, textiles y demás lugares de trabajo fueron focos de contagio.
El gobernador y su séquito están más preocupados por pelearse con el vice Osvaldo Jaldo en una disputa que no tiene nada que ver con los intereses de los tucumanos; no es más que una pelea de camarillas. Ambos han violado sistemáticamente la cuarentena con cuanto acto político y reunión se les pasó por delante.
Las medidas, que exige la defensa de la población, significan chocar con los intereses patronales, algo a lo que el presidente, y al gobernador, se oponen terminantemente. Pasar por encima la ley de patentes, garantizar la producción masiva de vacunas para uso local, empezando por la intervención del laboratorio mAbxience de Hugo Sigman, debería ser prioridad. Necesitamos centralizar el sistema de salud pública, privada y de obras sociales, bajo control de los trabajadores, triplicando su presupuesto para volcar los recursos necesarios para evitar el colapso sanitario.
Reclamamos un subsidio de 40 mil pesos para todos los desocupados, trabajadores eventuales o cuentapropistas. Y el pago al 100% de todos los trabajadores que no concurran a trabajar por razones sanitarias, mientras rija una efectiva prohibición de despidos. En las áreas que deban trabajar, reivindicamos la aplicación de protocolos sanitarios bajo la responsabilidad de comités de trabajadores.
Gabriela Gramajo
Agustina Vico
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