La aparición en las redes de un video mostrando al gobernador José Alperovich, su esposa Beatriz Rojkés, y a varios funcionarios, entre ellos Osvaldo Jaldo, integrante de la actual lista del Frente para la Victoria como candidato a diputado nacional, haciendo ostentación de haber gastado por día en hotelería entre 5.000 y 20.000 dólares (al cambio oficial, 27.000 y más de 100.000 pesos), son demostrativas del abismo que separan el discurso de la realidad.
Mientras macanean con los avances sociales, la inmensa mayoría de los tucumanos siguen sumergidos en niveles de pobreza, trabajo en negro y precarizado y falta de vivienda propia. En contraste, el gobernador y la camarilla de legisladores, parientes y funcionarios han visto crecer su patrimonio a niveles astronómicos. Patrimonio que sólo se pudo hacer mediante procedimientos ilegales que obligarían a fiscales, jueces y a los sabuesos de la AFIP a intervenir. Es claro que no lo van a hacer. Están preocupados en perseguir a los trabajadores para que paguen de su salarios el impuesto a las ganancias.
Para terminar con la corrupción y los privilegios políticos en necesarios fijar la dieta de todos los funcionarios al nivel de una directora de escuela, consagrar el juicio de residencia por el cual deben rendir cuentas de su patrimonio y de sus allegados al final de cada mandato, la apertura y control popular de las cuentas públicas. Para imponer estas medidas es una razón mas para que el 11 de agosto la ciudadanía vote la lista del Frente de Izquierda.
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