“Ya no se puede volver atrás”, señaló el gobernador José Alperovich en tono de advertencia a la oposición, insinuando que él es el único capaz de garantizar el “despegue definitivo de Tucumán”. Es el mismo discurso que usaba Menem cuando buscaba la re-reelección: “soy yo o el caos”. Recordemos que el ex presidente fracasó en su cometido y pasó a engordar el cementerio político de nuestro país, bajo el repudio nacional.
Igual que Carlos Menem, Alperovich lleva 10 años intentando “despegar”, y se jacta de “avances” inexistentes. Tucumán es la provincia con el segundo peor salario de todo el país; el desempleo aumenta vertiginosamente; la principal industria de la provincia, el azúcar, está en una crisis demoledora. La infraestructura provincial está en ruinas: mientras Alperovich impone un tarifazo general de luz, agua y transporte, hay poblados enteros sin agua potable. Los fondos públicos están siendo saqueados a la luz del día (¡Caja Popular!).
Igual que con Menem, ha surgido una “Alianza”, ahora llamada “Mesa del Diálogo”. José Cano, como Fernando De la Rúa, es radical; sus aliados son los mismos que acompañaban a De la Rúa. Los une el mismo principio: el oportunismo.
Igual que con Menem, no se está preparando ningún despegue: Alperovich ha sentado las bases para el estallido social de la provincia.
Es una historia conocida por todos. Esta vez hay que darle una salida distinta: impulsemos una alternativa política de los trabajadores y la izquierda.
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