Se está repitiendo el juego de todos los años: las patronales del transporte piden un aumento del 60%; el gobierno simula resistir y, en complicidad, quieren terminar imponiendo al pueblo un boletazo del 30%.
El gobierno nacional anunció con bombos y platillos el "congelamiento" de precios, pero Amaya y Alperovich, impulsan una suba del boleto. El congelamiento de precio solo sirvió reforzar el techo salarial por debajo de la inflación en las paritarias y a las dirigencias burocráticas para acordar esa miserias
Como ocurre a nivel nacional, el servicio de transporte está altamente subsidiado con fondos públicos. Las unidades, frecuencias y recorridos no responden a las necesidades de la población A pesar de ello, el gobierno busca asegurar parasitariamente los beneficios empresarios en base a una mayor confiscación directa de los ingresos populares.
En el caso de la juventud estudiosa, el boletazo se transforma en una carga insoportable cuya consecuencia sera el crecimiento de la deserción estudiantil de las casas de estudio
En Córdoba y Jujuy rige el boleto educativo gratuito provincial. Esto es una necesidad imperiosa en Tucumán, que tiene el penúltimo promedio salarial del país, según datos oficiales.
Un servicio público, como es el transporte, para que esté al servicio de los usuarios, que son los sectores con menores ingresos, tiene que ser estatal y bajo control de los trabajadores y representantes de asambleas de usuarios.
Ahora, frente al reclamo empresario se impone el rechazo al pedido de aumento, la apertura los libros de las empresas para investigar el destinos de los subsidios, y la implementación, frente al deterioro del poder adquisitivo por la alta inflación, de un boleto educativo gratuito a cargo de las empresas.
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