Por un plan provincial de 100.000 viviendas
Alperovich admitió finalmente la emergencia habitacional en Tucumán, pero no para solucionarla sino para justificar un negociado. Se utilizarán millones de pesos para construir mil habitaciones o baños, y sólo 492 viviendas, mediante una oscura adjudicación directa que irá a parar a las arcas del lobby inmobiliario, estrechamente vinculado con la familia del gobernador.
La oposición legislativa ha salido a patalear, pero es hipocresía: defienden a los grandes especuladores, a los ingenios y terratenientes que acaparan el suelo rural y urbano. Por eso no han presentado ni un proyecto de ley que impulse una salida a la crisis, y por eso jamás se los vio apoyando la lucha de los sin tierra.
La solución es simple: cortar de raíz los negociados y emprender la construcción de 100.000 viviendas directamente desde el Estado, bajo control de los trabajadores y la población que necesita las viviendas.
En Tucumán tenemos arquitectos, ingenieros y obreros de la construcción bien dispuestos. Hay suficientes tierras ociosas. Los que están de más son los especuladores amigos del gobierno y de la oposición.
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