jueves, 16 de septiembre de 2021

Una apretada para no cambiar el rumbo

Las renuncias de los ministros que responden a Cristina Kirchner en la tarde de ayer representan un golpe palaciego de la vicepresidenta contra el presidente de la Nación luego de la derrota electoral del domingo pasado. Los cambios de gabinete reclamados por el kirchnerismo duro comprenden a Cafiero, Guzmán y Kulfas, esto para empezar. La respuesta del presidente fue realizar un acto con los ministros cuestionados, diciendo que reafirmaba el rumbo del gobierno.

Si Alberto Fernández no cede a sus ministros, el kirchnerismo abandona el gobierno, es la amenaza latente en estos momentos. Ahora bien, está claro que el kirchnerismo no tiene ninguna posibilidad de hacerse del gobierno sin provocar una crisis aun mayor a la actual. No cuenta con el aval ni de la mayoría de los gobernadores ni tampoco de la burocracia sindical. Un giro más intervencionista traería aparejado un golpe de mercado, acelerando la fuga de capitales y la devaluación monetaria, escenario en el cual los K siempre aceptaron las condiciones del capital financiero.  
El triunfo, del cual Juan Manzur hacia gala, pronto parece desmoronarse en un cuadro de crisis a nivel nacional que ahora empalma con la crisis local del PJ. Los rumores de que Manzur pasaría al gabinete nacional parecen más una operación que una realidad.  

Ahora bien, ¿las renuncias fueron pactadas con Cristina?, si esto es así, la designación de Sergio Massa como una especie de superministro, podría jugar un papel en la crisis. No existe un giro populista en un gobierno que se apresta a anunciar un acuerdo con el FMI una vez pasado el cimbronazo. Massa hace solo semanas hizo su propia gira por los EE.UU. Un ingreso de Massa al gabinete representaría el intento de lograr el acuerdo con el FMI a una velocidad más rápida que el propio Guzmán, y evitar que se consume un giro de los capitalistas a la oposición patronal que acaba de ganar las elecciones.

La crisis abierta muestra que quienes llaman a fortalecer el ala popular del gobierno o no saben de qué hablan o actúan conscientemente para bloquear el giro a la izquierda que las recientes elecciones han dejado planteada para al menos un sector importante de la base del kirchnerismo. Nuestra respuesta a esta crisis es reforzar la construcción de una alternativa política de los trabajadores y la izquierda independiente del gobierno y sus distintas fracciones.

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