Hoy en las principales ciudades del país, como en nuestra provincia, estallan los casos de Covid. Los casos a nivel nacional superan los 20.000 enfermos diarios y en Tucumán se acercan peligrosamente a los 1.000 casos diarios. Es evidente que estamos inmersos en una segunda ola, sin haber resuelto los problemas que ya teníamos durante los meses de crecimiento de casos, el año pasado.
Faltan camas de terapia, las vacunas son insuficientes, se suspendieron las ayudas a los desocupados y trabajadores precarizados y los salarios del personal de salud siguen siendo miserables. A esto debemos sumarle que en las escuelas falta personal auxiliar, no hay elementos de bioseguridad, las condiciones edilicias son malísimas y la pandemia ya se cobró la vida de 8 docentes. Todas estas son razones por las cuales las escuelas deben permanecer cerradas, hasta que disminuyan los casos. Asimismo, apoyamos la movilización docente convocada por la Mesa de Coordinación de Unidad Docente y llamamos a continuar en la lucha, por un salario igual a la canasta básica.
Al mismo tiempo, es evidente que la suspensión de la presencialidad es completamente insuficiente. El Estado debe destinar recursos para ampliar las terapias intensivas y centralizar todo el Sistema de Salud, bajo control del Personal de Salud. Es por eso que se debe intervenir el laboratorio de Hugo Sigman mAbxience en Garín, Buenos Aires, para disponer de vacunas y de esta manera completar su producción, proceder a envasarlas en nuestra industria pública y privada y, finalmente, continuar con la vacunación masiva de la población, que hoy avanza "a paso de tortuga" comparada con la velocidad de contagios, con su secuela de víctimas fatales.
Por otra parte la asistencia de $15.000 por única vez a los beneficiarios de AUH y monotributistas es sólo en AMBA y las jurisdicciones que adhirieron al decreto, como si las millones de personas afectadas por falta de trabajo y aún de alimentos dependieran del humor y especulaciones políticas de los gobernadores. Es evidente que manda el ajuste que prometen al FMI. Los recursos deben ser volcados, en cambio, a la salud y la subsistencia de la población.
Martín Correa - Amira Córdoba
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