El domingo 23, Tucumán asistió a un escandaloso fraude electoral.
Con una Junta Electoral trucha, con asalto a las escuelas para robarse las urnas, con urnas paralelas o embarazadas, con expulsión de fiscales para impedir el control, con presidentes de mesas y veedores que actuaron como punteros del oficialismos, con escrutinios tramposos, planillas mellizas, con el acarreo de votante, el reparto masivo de bolsones y todo tipo de prebendas, el resultado electoral tiene que ser desconocido.
A Juan Manzur no le alcanzaba el sistema fraudulento de los acoples. Tuvo que usar otros recursos fraudulentos para presentar un resultado ganador.
EI repudio popular al fraude ha sido inmenso, como nunca antes.
Durante una semana, la plaza Independencia fue ocupada por miles de personas autoconvocadas reclamando nuevas elecciones.
La respuesta inicial del gobierno fue la represión salvaje, como la ocurrida el lunes 24. Luego ha sostenido al igual que Manzur, que la Junta Electoral trucha decida.
La respuesta de la oposición agrupada en el Acuerdo por el Bicentenario fue denunciar el fraude pero le ha dado la espalda a las autoconvocatorias.
Un sector de la dirigencia de la UCR, como es el caso de Mariano Campero o Salazar, recientemente electos en Yerba Buena o Bella Vista, pasaron a reconocer el triunfo de Manzur, o sea a desconocer el fraude.
Otros dirigentes del Acuerdo del Bicentenario, como Domingo Amaya o Germàn Alfaro han salido de la escena. No quieren saber nada con la idea de que se convoque a nuevas elecciones. Ellos también fueron con acoples, repartieron bolsones y prebendas y acarrearon a la gente pobre.
EI propio Josè Cano, que encabezó una caravana el lunes 31 de agosto, reconoció que era la primera vez que iba a la plaza y también la última.
Allí hizo un discurso llamando a desmovilizar.
Macri, Stolbizer o Massa, o sea los referentes nacionales de Cano, se han pronunciado igual que Alperovich, y plantean que la Junta Electoral trucha sea quien resuelva el resultado de las elecciones. Macri ha pactado reconocer un resultado fraudulento contra el pueblo tucumano a cambio de gobernabilidad de parte de la liga de gobernadores justicialistas (de Gioja, Manzur, Corpacci, etc.) para el caso de triunfar en las elecciones presidenciales de octubre.
Ahora, Cano ha presentado un recurso judicial pidiendo la nulidad de la votación y nuevas elecciones, pero no llama a retomar las movilizaciones para apoyar su demanda judicial.
Deja que la justicia colonizada por el oficialismo resuelva.
Es un callejón sin salida.
Desde el Partido Obrero (en el Frente de Izquierda y de los Trabajadores) hemos participado en todas las autoconvocatorias, denunciamos el fraude, pero sostenemos la necesidad de mantener la movilización popular para poder imponer el reclamo de nuevas elecciones.
Es la única salida democrática.
Si triunfa el fraude, se va a consolidar el régimen de impunidad que ha instalado José Alperovich en Tucumán y que ha consumado todo tipo de atropellos contra el pueblo. Apoyado en ese régimen de impunidad las patronales cometen todo tipo de atropellos contra los trabajadores.
Si se derrota el fraude y se convoca a nuevas elecciones se abrirá una nueva situación, pues el pueblo habrá demostrado su capacidad, a través de la movilización, para defender sus derechos democráticos e impedir los abusos y atropellos del poder.
PARTIDO OBRERO en el Frente de Izquierda
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