La decisión de aumentar el boleto de transporte es un gran golpe al bolsillo popular, en especial de los sectores de menores recursos, lo que pinta de cuerpo entero al oficialismo y la oposición. Amayistas, alperovichistas, canistas y aliados en el Acuerdo Cívico y Social, todos unidos aprobaron el aumento del boleto reclamado por los empresarios quienes reciben todo tipo de subsidios (por unidad, por el gasoil, etc.) y prestan un pésimo servicio.
Pero no es sólo el transporte. Ya están anunciados aumentos de la energía eléctrica, agua e impuestos, al igual que varias tasas municipales.
A la hora de atender los reclamos empresarios, oficialistas y opositores dejan de lado sus diferencias. Cuando el reclamo es de los trabajadores también se unen pero para ningunearlos, como ocurrió cuando los docentes universitarios estuvieron casi 90 días de paro solo apoyados por la izquierda.
Frente al ajuste y los tarifazos, se impone una deliberación en todos los lugares de trabajo para reclamar que los sindicatos se pongan en movimiento y se reclame la inmediata reapertura de las paritarias.
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