A días de las elecciones primarias, es evidente que existe un intento político de polarizar las elecciones entre dos alternativas, la del gobierno y la del Acuerdo Cívico y Social que lidera la UCR (José Cano).
Desde el Frente de Izquierda advertimos que éste es un intento de arrastrar al pueblo a elegir entre dos alternativas que defienden la misma orientación social: que la crisis la tiene que pagar el pueblo.
Claramente, el modelo K y el gobierno de Alperovich comienzan a hacer agua por todos lados. Pero la superación de esta situación no pasa por volver a la Alianza de Fernando De la Rúa ni tampoco a una imitación de ella. Ya vivimos esa experiencia y fracasó estrepitosamente.
Al igual que con Alperovich y el kirchnerismo, bajo la UCR y sus aliados del Acuerdo Cívico se han generado antros de corrupción e impunidad cada vez que han gobernado. Sucede incluso al día de hoy en la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), donde la UCR y aliados mantienen una de las peores políticas de los 90, ejecutada por Carlos Menem, continuada por De la Rúa y los Kirchner: la entrega de la Cordillera al saqueo y la contaminación de los grandes monopolios mineros.
El Acuerdo Cívico pide transparencia, pero en la Universidad nadie puede conocer el presupuesto y qué se hace con él. Actúan igual que Alperovich, como patrones de estancia, haciendo todo tipo de negociados con fondos públicos.
El Acuerdo Cívico comparte la misma política económica del kirchnerismo: piden la devaluación del peso, que el gobierno ya está impulsando y que paga el pueblo, con la inflación.
Para evitar una nueva estafa al pueblo tucumano, para que se escuchen los reclamos del pueblo trabajador: trabajo, salario, 82% móvil, vivienda, basta de impuestos al salario (y que sí paguen los grandes capitales), por la educación pública, la izquierda tiene que estar.
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