Este viernes visita la provincia Mauricio Macri, el representante más conspicuo de la derecha política argentina. En Tucumán, lo reciben sus partidarios bussistas y la Mesa del Diálogo, en la persona de José Cano, quien anunció que será panelista en una de las conferencias organizadas por el PRO.
En vísperas del 37° aniversario del último golpe militar, es toda una definición política que muestra la bancarrota definitiva de la Mesa del Diálogo.
No pueden hablar nunca más contra la impunidad, quienes se referencian con un dirigente que pondría punto final a los juicios a los genocidas y que no ha tenido ningún inconveniente de formar el PRO tucumano con el personal que hasta ayer le rendía pleistesía al genocida Bussi.
No pueden denunciar el espionaje del D2 de Alperovich, porque Macri es responsable de ordenar a Ciro James que espíe ilegalmente a docentes y opositores.
No pueden denunciar la criminalización de la protesta social, cuando Macri ha criminalizado cualquier reclamo ciudadano en la Ciudad de Buenos Aires.
Macri es el campeón de los negociados privados con fondos públicos y la especulación inmobiliaria en sociedad con los K. Al reivindicarlo, la Mesa del Diálogo queda inhabilitada para cuestionar las oscurísimas contrataciones directas que está realizando Alperovich.
La Mesa del Diálogo muestra con esto su orientación social y su verdadero programa político: Macri es abiertamente enemigo de las organizaciones obreras y está aplicando un tarifazo en el transporte público.
Llamamos a las organizaciones que se reclaman del campo popular a romper con este rejunte derechista.
La salida es por izquierda. Pongamos en pie un gran Frente de Izquierda y los Trabajadores en Tucumán.
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