La hipótesis de un crimen por parte de ladrones comunes se vino abajo, pues no se pudo verificar el faltante de ningún valor, cuando éstos estaban al alcance de las manos según descripciones periodísticas. El hecho de que Raia fuera madre de un desaparecido cuya causa integra la Megacausa que está en curso, en la que se juzgan crímenes de lesa humanidad cometidos en los Arsenales y la Jefatura, saca a luz la completa desprotección en la que se encuentran dichos testigos.
En este contexto, el crimen de la pianista Myrtha Raia constituye un crimen político. Recién después del asesinato se dispuso custodia a los familiares de la pianista, pero no hay ninguna medida destinada a resguardar al resto de los testigos.
Como se puso en evidencia con la desaparición de Julio López, Luis Gerez y Alfonso Severo (entre otros casos; este último en la causa que se lleva a cabo para juzgar el crimen de Mariano Ferreyra), los grupos de tareas siguen actuando y están enquistados en los propios aparatos de represión e inteligencia del estado.
Exigimos la investigación y el esclarecimiento del homicidio, así como el urgente establecimiento de medidas para garantizar la seguridad de la totalidad de los testigos en las causas por los crímenes de lesa humanidad. Juicio y castigo a TODOS los responsables, materiales y políticos. Desmantelamiento de la D2 (servicios de inteligencia). Basta de impunidad.
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