El nuevo ataque a los docentes por parte del Ministro de Educación de la Nación Alberto Sileoni, pone de manifiesto la impotencia del gobierno ante esta rebelión docente.
Sileoni, desde su impotencia, insinúa que se trata de un paro político e insiste con la cantinela de que no se puede empezar la negociación con un paro. Lo cierto es que las negociaciones se demoraron por negligencia de su cartera. Sobre el carácter político del paro, el hecho de que los 5 sindicatos nacionales que lo convocan se autodefinan como kircheristas o parte del "proyecto nacional y popular" ridiculiza su comentario.
Los argumentos con los que CFK atacó a los docentes en la asamblea legislativa son de pura cepa neoliberal. Ha vuelto sobre sus pasos santacruceños, cuando desde el gobierno provincial, ilegalizaban las huelgas docentes.
Sileoni, por otro lado, forma parte de un gobierno cuyos funcionarios cobran $40.000 y cuyos legisladores se acaban de aumentar el sueldo un 100%. Los diputados y senadores, a diferencia de los docentes, sí tienen vacaciones de tres meses (período de sesiones de 9) y trabajan en promedio menos de una hora diaria. Cobran, por ese trajín, $35.000 más viáticos, pasajes, etc. cuando muchos de ellos ni siquiera hablan en las sesiones.
Las declaraciones de Sileoni sólo sirven para agudizar el descontento de la docencia con el gobierno.
Diego Toscano - Doly Gutiérrez Falcón
No hay comentarios:
Publicar un comentario