domingo, 14 de febrero de 2010

El trabajador sufre estrés porque no le alcanza el sueldo o porque no sabe si mantendrá el trabajo; el desocupado, porque no sabe si lo encontrará

TENSION Y ANSIEDAD

El político tiene la guardia baja ante el estrés

Domingo 14 de Febrero de 2010 Hace una semana, el ex presidente Néstor Kirchner ingresaba a un sanatorio, por segunda vez desde que saltó al escenario de la cosa pública nacional. Los médicos coincidieron que el estrés que estaba sufriendo había sido el desencadenante de su internación. El hecho no es aislado: otros dirigentes vivieron situaciones similares.



Un infarto en 2006

Un ejemplo de cómo el estrés afecta al político pudo verse a fines de marzo de 2006, antes de que la Convención Constituyente inicie el debate. Daniel Blanco, uno de los representantes del Partido Obrero en la asamblea, sufrió un infarto.

Según dijo, se debió al cansancio: "en noviembre de 2005 se habían realizado elecciones nacionales y sin tomarnos vacaciones empezamos a trabajar en la de convencionales, que fue especial por lo intensa y porque resultamos electos. Esto impidió que pudiera descansar en marzo".

A su criterio, en épocas de crisis, el estrés no discrimina. "El trabajador lo sufre porque no le alcanza el sueldo o porque no sabe si mantendrá el trabajo; el desocupado, porque no sabe si lo encontrará; y el rico, porque teme no mantener sus ganancias", dijo.

En el caso de los dirigentes, también considera que lo sufren todos, aunque por distintas causas: "los que ven en la política una vía para una vida acomodada y para hacer negocios tiemblan si no pueden ser reelectos. Los luchadores buscan dar expresión política a los reclamos de los trabajadores; ello los vuelve víctimas de persecuciones y de atropellos por parte de quienes detentan el poder", puntualizó.



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